Cómo empezar a vivir sin plástico
- Verónica Ramón
- 24 ene 2018
- 6 Min. de lectura

El plástico, debido a sus características físicas de flexibilidad, durabilidad y ligereza, se ha convertido en un material que encontramos prácticamente en cualquier tipo de objeto cotidiano (basta con echar un vistazo a nuestro alrededor para tomar conciencia de esta realidad). De hecho, para que te hagas una idea, en Europa producimos aproximadamente 50 millones de toneladas al año.
Muchos son los estudios que hablan de los efectos negativos que los plásticos, más allá del BPA (Bisfenol A: disruptor endocrino capaz de producir desequilibrios hormonales y cuyo uso ya se encuentra limitado en algunos países), pueden tener en nuestra salud debido a la liberación de tóxicos bajo ciertas condiciones. Aunque aún queda mucho camino en el estudio de estos efectos sobre las personas, debido a la dificultad generada por los patrones cambiantes tanto de producción como de uso de los plásticos, de los aditivos que contienen y también por el carácter confidencial de las especificaciones industriales en muchos casos.
Por otra parte, a nivel medioambiental el principal problema de su uso indiscriminado viene asociado a los productos que tienen una vida útil muy corta, los denominados envases de usar y tirar.
Si estos plásticos no se gestionan de una manera adecuada o los dejamos tirados dónde nos plazca acaban contaminando nuestros suelos, llegando incluso al océano a través de sus desembocaduras.
Actualmente la contaminación de los mares por plástico se ha convertido en un serio problema a nivel global ya que se estima que entre 4'12 y 12'7 millones de toneladas de plástico entran en los océanos cada año provocando grandes daños a la vida marina (se calcula que 100 mil animales marinos mueren al año debido a esta causa). Y lo que es más, esa contaminación vuelve a nosotros ya que ese plástico se va reduciendo a trozos muy pequeños mientras libera tóxicos, las especies marinas lo ingieren y finalmente acaba en el cuerpo humano a través de la alimentación. Puedes consultar esta información ampliada aquí.
Y aquí es donde viene la parte positiva de todo esto, y es que juntos podemos contribuir a que esta situación mejore. "¿Cómo?", espero que te preguntes :) , pues introduciendo en tu día a día alternativas al plástico que, además de ser bonitas, son muy asequibles y promueven en algunos casos el comercio de Km 0.
En la cocina:
1. Tablas de corte de madera: preferiblemente de bambú, ya que es una planta de rápido crecimiento y así resulta más sostenible. Pero en cualquier caso, son una opción muy duradera, resultan decorativas por lo que puedes tenerlas a la vista en la cocina y realmente no tienen un mantenimiento tan complicado como se pueda pensar.

2. Paletas de madera o silicona: no rayan las sartenes, son resistentes y ligeras. Las de silicona son además fáciles de limpiar, no retienen olores, soportan muy bien el calor y puedes encontrar un gran surtido de colores para darle alegría a tu cocina.
3. Fiambreras o táperes : sin duda ir realizando el cambio de estos productos por otros de acero inoxidable o vidrio nos va a suponer un gran avance en nuestra lucha por reducir los plásticos en la cocina. No se trata de que tires todo de golpe, ve poco a poco cambiando lo que tengas más estropeado. Yo en casa todavía estoy con el cambio, empecé con las botellas de vidrio para el agua (como éstas) cuando instalamos el sistema de ósmosis y después fui renovando las fiambreras más desgastadas por otras de vidrio.
4. Botes y botellas: cada vez estoy encontrando más productos a granel como: cereales, legumbres, algas, especias, harinas, cacao, endulzantes, aceites... Comprar a granel es una forma estupenda de reducir enormemente los residuos plásticos, ya que desgraciadamente prácticamente todo viene envuelto en ellos, y de comprar solo la cantidad que necesites de cada cosa. Yo guardo estos alimentos en botes de vidrio que además de ser una opción muy saludable, quedan preciosos en mi cocina. Es un gusto tenerlo todo a la vista, organizado y bonito. Si no quieres hacer una gran inversión en botes te recomiendo que guardes todos los que obtienes de la compra de envasados saludables como legumbres, aceitunas, aceites, tomate... y los limpies bien antes de usar (yo los esterilizo hirviéndolos en agua durante unos 15 minutos después de limpiarlos).

Cuidado personal:
5. Cepillos de dientes de bambú: si tenemos en cuenta que la recomendación es cambiar de cepillo de dientes cada 3 meses pasarnos a los modelos como este suponen una gran paso adelante. Además, ¿sabías que los cepillos de plástico no se pueden reciclar? Pues el bambú es 100% biodegradable (por lo que al terminar su vida útil lo podrías incluso enterrar en una maceta y acabaría desapareciendo) y también es un antibacteriano natural por lo que repele los microbios que podrían depositarse en él.
6. Gel y champú: te presento dos opciones. La primera sería optar por productos sólidos que además en muchas ocasiones vienen sin embalajes y de los que puedes elegir entre un montón de aromas y propiedades.
Por cierto, por si no lo sabes, el primer ingrediente de la gran mayoría de geles y champús líquidos es el agua (sí, estamos pagando por agua), así que me parece una muy buena opción.
Puedes encontrar algún ejemplo de productos sólidos como este champú, este acondicionador o este jabón.
Y la segunda opción sería por si te resistes al cambio a sólido o simplemente no te gusta el producto, comprar champú y gel líquido a granel. En este caso llevas tu propio bote a la tienda (puede ser un bote vacío de tu antiguo champú, un bote de cristal...) y lo rellenas con la cantidad que necesites pagando solo por el producto y ya no por el embalaje.
En este caso tenemos por ejemplo esta tienda (en Valencia) que además también vende productos de alimentación y limpieza del hogar a granel.

7. Cepillos y peines para el pelo: como este o este. Sus púas de madera actúan sobre el cuero cabelludo activando la circulación y favoreciendo el crecimiento. Estos cepillos son respetuosos con el pelo y tienen propiedades naturales antiestáticas.
8. Maquinillas de afeitar o depilar: una de las que he visto que fabrican en España sería esta. Yo todavía no he hecho el cambio, pero será algo que vendrá pronto en cuanto se nos estropeen las que tenemos. He leído que las maquinillas clásicas requieren un poco de práctica, pero todo es ponerse digo yo.
Miscelánea:
9. Pajitas: con lo pequeñas que son y el daño que hacen. Sí, porque no suelen ser biodegradables, es muy fácil que acaben en el mar y por su pequeño tamaño sean ingeridas por la fauna marina. ¡Encima solo suelen tener unos minutos de vida útil para nosotros! Por suerte si las sueles usar en tu día a día tienes varias opciones ecológicas y duraderas para que elijas: de cristal, de metal o incluso de bambú.
10. Bolsas de plástico: afortunadamente está cada vez más extendido el gesto de llevar tus propias bolsas a la compra. Puedes utilizar las de plásticos que todavía tengas por casa, pero con el tiempo necesitarás tener tu propio surtido de bolsas de algodón, rafia o incluso un capazo de fibras naturales o carrito de la compra, ¿por qué no? Te durarán muchísimo y te sentirás orgullos@ de ti mism@ al contestar con una sonrisa a la pregunta de "¿quiere bolsa?" , "NO, gracias, traigo las mías".
Por supuesto que está acción también es extensible a la hora de comprar fruta o verdura al peso. En las fruterías de barrio seguro que están encantados con la idea de pesarte la compra en tu propia bolsa y si vas a grandes superficies habitualmente también te dejan utilizarlas, quizás al principio sean un poco reticentes o te pongan pegas pero tú insiste y explícales de buenos modos y con una sonrisa tus motivos, finalmente suelen entenderte, pero si no es el caso también te ánimo a que pongas una sugerencia o queja, no es malo hacerte oír y la causa lo merece.

Y para terminar, lo primero, si has llegado hasta aquí ¡gracias por leerme! Espero que te sirva mucho la información.
Por supuesto que estos son solo algunos de los sencillos gestos que puedes incluir en tu día a día para mejorar tu vida y cuidar del planeta. Te recomiendo que a la hora de llevarlos a cabo mejor lo hagas poco a poco, introduciendo al principio los que te resulten más fáciles y a medida que vayas agotando los productos plásticos que tengas por casa, así te será mucho más sencillo, no te agobiarás y querrás ir una paso más allá.
Sitios para adquirir productos sin plásticos (afortunadamente) hay cada vez más, por lo que los ejemplos que pongo son solo a modo ilustrativo, busca siempre la mejor opción para ti.
Y por último quiero dejarte una frase a modo de motivación por si piensas que aunque solo sea un pequeño cambio el que adoptes, éste no contribuya en nada a mejorar las cosas. ¡Todo cuenta!
"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo." -Eduardo Galeano
¡Y tú eres muy grande!, así que imagínate el resultado.
Con todo mi amor,
Verónica
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