Limpieza y mantenimiento de tablas de madera
- Verónica Ramón
- 3 ene 2018
- 2 Min. de lectura

Para picar y cortar alimentos sin estropear tu encimera ni dañar el filo de tu cuchillo resulta esencial tener una tabla de corte.
Por si no lo sabías, utilizar el cuchillo directamente sobre materiales duros tales como granito, mármol, cuarzo o acero inoxidable hace que tu cuchillo sufra ya que dañas su hoja y aceleras el desgaste del filo.
Además un cuchillo mal afilado resulta muy peligroso porque es más fácil que te cortes con él que con uno que esté en perfectas condiciones.
Así que como en la cocina la seguridad y la higiene son primordiales, revisa tus cuchillos y afila los que lo necesiten. Ten en cuenta que para cocinar realmente te podrías apañar con tres cuchillos (te cuento cuáles en esta entrada) por lo que no es nada laborioso que mantengas en buen uso tus herramientas.
Si actualmente la tabla que sueles utilizar es de plástico te animo muy mucho a que cuando tengas que cambiarla (porque ya esté muy deteriorada) lo hagas por una de madera. De esta manera estarás ayudando al medio ambiente reduciendo tu consumo de plásticos, tendrás una tabla que te puede durar muchísimo, mantendrás mejor el filo de tus cuchillos y realzarás la belleza de tu cocina.
En el mercado puedes encontrar tablas de muchos tamaños, formas, enganches y de diferentes tipos de madera (haya, roble, encima, bambú...) a precios muy asequibles. Busca la que mejor se adapte a tus necesidades y a por ella :)
Volviendo a la parte relacionada con la higiene, en el caso de que consumas también algo de carne y/o pescado, te puede interesar tener dos tablas: una para estos productos y otra para verduras, frutas, pan, postres... para evitar la contaminación cruzada.
Después de cada uso lava siempre la tabla con un paño húmedo ya que es mejor limpiarla en el momento que dejar que los restos de comida se sequen y si es necesario frota con un cepillo de cerdas vegetales húmedo (yo no soy partidaria de utilizar jabón a no ser que sea natural). Después seca la tabla con un paño y deja que se termine de secar al aire, nunca guardes la tabla húmeda ya que podrían proliferar bacterias en ella.

Cada cierto tiempo sí que es conveniente realizar una limpieza más a fondo para desinfectarla y eliminar posibles olores. Para ello es tan sencillo como humedecer la tabla con agua, esparcir sal gruesa sobre ella y frotar con medio limón realizando movimientos circulares para que se reparta bien la sal por toda la superficie. Realiza esta acción por ambos lados de la tabla y a continuación enjuágala bajo el grifo y sécala.
Una vez seca puedes nutrirla y protegerla. Para ello vierte sobre ella un poco de aceite de oliva, unta toda la tabla con la ayuda de las manos y deja que se termine de secar al aire.
Con estos consejos podrás disfrutar de tu tabla de madera por muchos años.
Espero que te haya resultado útil la información.
Con todo mi amor,
Verónica
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